En respuesta a los informes de que la autoridad de turismo saudí (Visit Saudi) va a patrocinar la Copa Mundial Femenina de la FIFA que se celebrará este año en Australia y Nueva Zelanda, la responsable de campañas de Amnistía Internacional Australia, Nikita White, ha manifestado:
“Sería bastante irónico que la autoridad de turismo saudí patrocinase la mayor celebración del deporte femenino del mundo, teniendo en cuenta que en Arabia Saudí las mujeres ni siquiera pueden tener un trabajo sin contar con el permiso de su tutor varón.”
“Las autoridades saudíes tienen un terrible historial de abusos contra los derechos humanos que incluye la represión de las personas defensoras de los derechos de las mujeres.”
“En los últimos años se ha hablado mucho sobre la excarcelación de activistas en Arabia Saudí, incluidas mujeres que habían hecho campaña por el derecho a conducir, pero se sigue encarcelando, tras juicios injustos, a quienes critican a las autoridades y defienden los derechos humanos.”
“La campaña que está llevando a cabo el denominado dirigente reformista Mohammed Bin Salman no es más que un ardid publicitario para intentar diversificar la economía. El patrocino de la Copa Mundial Femenina por las autoridades saudíes sería un caso flagrante de lavado de imagen a través de un evento deportivo.”
Margaret Taylor, gestora de Comunidad de Amnistía Internacional Aotearoa Nueva Zelanda, ha manifestado:
“La noticia es profundamente decepcionante por el atroz historial de derechos humanos de Arabia Saudí.”
“Es especialmente preocupante por los horrendos abusos que sufren las mujeres, las niñas y las personas LGBTQIA+ en Arabia Saudí.”
“La base de simpatizantes de Amnistía Internacional está pidiendo al ministro de Deportes, Grant Robertson, que se pronuncie en relación con el historial de derechos humanos de Arabia Saudí, inste al país a llevar a cabo una reforma real y presione a la FIFA para que haga lo propio. Esto no es una celebración del deporte femenino, sino un lavado de imagen a través del deporte.”
“Es hora de que Aotearoa se solidarice con las mujeres y activistas saudíes, mostrando que no vamos a permitir que Arabia Saudí lave su imagen utilizando el deporte ni ocultando su historial de abusos contra los derechos humanos.”
