Aliados clave de Estados Unidos se oponen también a la vigilancia
Las empresas de tecnología, bajo presión para que favorezcan el derecho a la intimidad y no lo obstaculicen
La vigilancia en el propio país
España, donde las informaciones de que la NSA había intervenido 60 millones de llamadas telefónicas españolas fueron recibidas con indignación en 2013, también estaba entre los primeros países contrarios (67 por ciento).¿El enemigo en casa?
la mitad de los ciudadanos estadounidenses pensaba que su gobierno debía vigilar el uso de Internet y del teléfono de los extranjeros en Estados Unidos, a lo que sólo se oponía el 30 por ciento.
“El hecho de que las personas estén más dispuestas a aceptar que su gobierno siga a los extranjeros que a ellas mismas podría ilustrar el clima de miedo creado para justificar la vigilancia. Los gobiernos deben abordar la xenofobia y admitir que sacrificar los derechos humanos no traerá más seguridad”, concluyó Salil Shetty.ha puesto en marcha una ciberacciónNota a los periodistas