“Pakistán vivió una tragedia espantosa en Peshawar la semana pasada, pero recurrir a la pena de muerte y amenazar con llevar a cabo un gran número de ejecuciones no soluciona sino que enmascara los problemas subyacentes que debe abordar el gobierno: la violencia y los abusos contra los derechos humanos a los que están gravemente expuestas las comunidades residentes en el noroeste de Pakistán.”
El viernes se llevaron a cabo las primeras ejecuciones en Pakistán desde 2012: dos hombres condenados por su participación en dos atentados talibanes distintos fueron ahorcados. Otras cuatro personas han sido ejecutadas posteriormente.
En Pakistán, muchas condenas de muerte se dictan tras juicios que incumplen las normas internacionales sobre juicios justos.