“Este es un claro ejemplo de por qué la ONU debe defender los derechos humanos y sus propios principios; de lo contrario, se convertirá rápidamente en parte del problema en lugar de serlo de la solución.”
“Al dar un paso más, el secretario general ha sentado un peligroso precedente que pone aún en mayor peligro las vidas de niños y niñas en países en conflicto