Desde que asumió la presidencia de Filipinas hace un año, Rodrigo Duterte y su gobierno han sido una presencia dominante en un amplio espectro de violaciones de los derechos humanos, intimidado y encarcelado a opositores y creado un clima de ilegalidad
Duterte llegó al poder con la promesa de librar de la delincuencia a Filipinas. En lugar de eso, fuerzas policiales que actúan al margen de la ley (y otras personas en nombre de estas) han matado a miles de personas, siguiendo las órdenes de un presidente que ha demostrado su desprecio por los derechos humanos y por las personas que los defienden
En febrero, Amnistía Internacional publicó una investigación irrefutable
Una guerra contra los pobres
“El gobierno de Duterte se ha resistido en todo momento a la obligación de rendir cuentas. No ha habido una investigación creíble de las autoridades, y tampoco ha habido una colaboración con el relator especial de la ONU
Amenazas contra defensores y defensoras de los derechos humanos
Ley marcial
