Es la temporada de premios en Hollywood, y ha pasado un año desde que una ceremonia de los Oscar dominada por #MeToo convirtiera el acoso sexual en tema de conversación en todo el mundo. La crítica estará pendiente para ver qué ha cambiado, en su caso, en la industria del cine desde que estalló el escándalo de Harvey Weinstein.
Punjita, Rashmila y Ashmita, tres activistas de Nepal, encarnan este espíritu de determinación.
Punjita Pradhan es cofundadora de Utkarsha Nepal, que apoya a víctimas de violencia sexual
Punjita Pradhan (delante, centro) con otras activistas. © AI
“Culpar a la víctima sigue siendo la repuesta automática de muchas personas en Nepal.”Punjita Pradhan
“He visto que muchas mujeres con depresión o ansiedad han sufrido abusos sexuales al menos una vez y, por lo general, múltiples veces en su vida.”Punjita Pradhan
Rashmila Prajapati trabajaba para el ayuntamiento de Katmandú. Ahora gestiona una ONG que lucha contra la violencia sexual y enseña defensa personal a mujeres y niñas.
Rashmila Prajapati. © AI
“Mi jefe insinuaba una y otra vez que me ascenderían si estaba a solas con él.”
Rashmila Prajapati
“Hemos trabajado con expertos y expertas en artes marciales de fama internacional y todos nuestros instructores e instructoras son cinturones negros.”Rashmila Prajapati
Rashmila enseñando defensa personal. © AI
“Aunque no pude luchar contra la injusticia que sufrí yo entonces, estoy decidida a alzar mi voz contra la violencia sexual ahora.”
Rashmila Prajapati
Una de las clases de defensa personal que imparte Rashmila. © AI
Ashmita Sapkota es responsable de campañas en Amnistía Internacional Nepal, que trabaja para educar a mujeres de todo el país sobre sus derechos
Ashmita Sapkota. © AI
“Pero para que haya una auténtica igualdad de género en Nepal, necesitamos empoderar a las mujeres económica y socialmente.”Ashmita Sapkota