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Bashar al Assad en una entrevista concedida a France Presse

Bashar al Assad en una entrevista concedida a France Presse, 11 de febrero de 2016. © JOSEPH EID/AFP via Getty Images

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Siria: Regresar al infierno

Por Yolanda Vega (@YolandaVegaF), Responsable del área de Países en Amnistía Internacional España,

Cada vez que pienso que Siria ha tocado fondo en su descenso a los infiernos, aparecen nuevos testimonios, nuevas pruebas de que el régimen de Bashar al Assad sigue teniendo capacidad y fuerzas para seguir haciendo daño a su propio pueblo de la manera más cruel. Y de nuevo la comunidad internacional elige no oir, no ver, no reaccionar.

A lo largo de estos más de 10 años del conflicto sirio se han recopilado pruebas suficientes que permiten afirmar sin lugar a dudas que el régimen sirio ha cometido graves violaciones del derecho internacional, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Detrás de esos términos abstractos hay historias terribles de tortura, ejecuciones en masa, desapariciones forzadas, exterminio... Las historias de decenas de miles de personas a las que el régimen percibió como opositoras.

Ahora el terror se dirige hacia quienes huyeron de Siria en busca de refugio y han decidido regresar. Los testimonios recogidos en el informe You're going to your death producen espanto.

La frase que da título al informe la pronunció Karim*, detenido a su regreso desde Líbano y torturado durante 6 meses. "La gente en Líbano me decía que no volviese, me decían: 'Vas directo a la muerte'. No los creí porque Siria es mi país. (...) Cuando quedé en libertad, estuve cinco meses sin poder ver a ninguna de las personas que me visitaban. Tenía demasiado miedo de hablar con nadie. Tenía pesadillas, alucinaciones. Hablaba mientras dormía. Solía despertarme llorando y asustado. Estoy discapacitado porque los nervios de mi mano derecha están dañados debido a [la tortura]. También tengo dañados algunos discos de la espalda”.

Ilustración de la portada del informe "You are going to your death"

Castigadas por buscar refugio

¿Pero por qué están siendo atacadas estas personas a su vuelta? Las autoridades sirias las ven como desleales a su país por el hecho mismo de haber huido o por el lugar donde se refugiaron. Perciben a las personas que abandonaron el país como partidarias, en general, de la oposición y / o de grupos armados.

A algunas incluso las acusan de haber sido entrenadas para espiar para un país extranjero, como le sucedió a Yasmin cuando regresó desde Líbano con su hijo adolescente y su hija de 3 años. Las fuerzas de seguridad los detuvieron en el puesto fronterizo y fueron trasladados a un centro de detención de la inteligencia, donde estuvieron retenidos durante 29 horas. Agentes de inteligencia violaron a Yasmin y llevaron a su hijo a otra sala donde lo violaron con un objeto.

El agente que violó a Yasmin le dijo: “Esto es para darte la bienvenida a tu país. Si vuelves a salir de Siria y regresas de nuevo, te daremos una bienvenida mucho mejor. Tratamos de humillarte y humillar a tu hijo. No se te olvidará [esta] humillación en toda tu vida".


Algunas familias decidieron que las mujeres regresaran a Siria antes que sus esposos, dando por sentado que era menos probable que las detuvieran a ellas que a los hombres, en parte porque las mujeres no están sujetas al servicio militar obligatorio, pero muchas han sido víctimas de violaciones u otras formas de violencia sexual.

En el caso de Noor, a su regresó desde Líbano un agente de seguridad le dio el alto en la frontera y le dijo: “¿Por qué te fuiste de Siria? ¿Porque no te gusta Bashar al Assad y no te gusta Siria? Eres una terrorista. […] Siria no es un hotel del que puedas entrar y salir a tu antojo”.

Después violó a Noor y a su hija de 5 años en una pequeña sala de interrogatorios en el puesto fronterizo.

Al igual que la violencia sexual, la tortura es utilizada por los funcionarios del régimen para intentar extraer 'confesiones' de presuntos delitos o para castigar a la víctima por su supuesta oposición al gobierno.

Ismael estuvo detenido en cuatro secciones distintas de los servicios de inteligencia durante tres meses y medio: “Me aplicaron corriente eléctrica entre los ojos. Sentí que todo mi cerebro se agitaba. […] Deseé la muerte”.

En ocaciones, los detenidos han muerto bajo custodia y los familiares sólo han llegado a saberlo tiempo después de su desaparición. Algunas familias ni siquiera saben qué ha pasado con sus seres queridos a su regreso a Siria, como es el caso de Ibrahim. Su primo, junto la esposa de este y los tres hijos de la pareja, de 2, 4 y 8 años, fueron detenidos al regresar de Francia en 2019. La familia lleva 2 años y 8 meses sometida a desaparición forzada.

¡Siria aún no es un país seguro!

Desde 2011, 6,6 millones de sirios han huido de la violencia y la represión en busca de refugio en el extranjero. La mayoría vive en países vecinos, como Líbano y Turquía, donde muchos sufren discriminación y duras condiciones de vida. Debido a la disminución de las hostilidades militares en la mayor parte de Siria, los gobiernos de esos países ejercen una presión creciente para que las personas refugiadas regresen.

En Europa, países como Dinamarca y Suecia consideran que Damasco y su zona circundante son seguras para regresar y, por tanto, están reevaluando los permisos de residencia de solicitantes de asilo procedentes de esas regiones. Sin embargo, muchas de las historias recogidas en el informe tuvieron lugar precisamente en la zona de Damasco.

¿Acaso esos testimonios suenan a seguridad?

Ninguna parte de Siria es segura para las personas retornadas. Aunque parezca mentira, el régimen de Bashar al Assad sigue perpetrando las mismas atrocidades que han impulsado a tantas personas a abandonar Siria a lo largo de la última década.

Estas personas siguen necesitando protección y los países de acogida deben seguir proporcionándoles un lugar seguro donde dejar atrás la pesadilla y continuar con sus vidas.

*Todos los nombres son ficticios por motivos de seguridad.

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