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Los trabajadores migrantes en Qatar ven violados sus derechos humanos

Constructores migrantes se toman un descanso mientras trabajan en una obra. © Chandan Khanna/AFP vía Getty Images

Blog

Mohamed: “Los trabajadores migrantes en Qatar no deberían ser víctimas de abuso y explotación como lo fui yo”

Por el Equipo de Empresas de Amnistía Internacional España,

Mientras Sri Lanka luchaba contra la crisis económica, Mohamed, de 38 años, vio la oportunidad de brindar una vida mejor a su familia con la promesa de un nuevo trabajo en Qatar. Al dejar atrás a su familia, su hogar y su país, nunca imaginó que los meses venideros estarían llenos de angustia, tristeza y estrés, y un anhelo de volver a casa.

Aquí comparte su historia y deja al descubierto la explotación que sufrió como trabajador migrante en Qatar, un año después de que el país fuera sede de la Copa Mundial de la FIFA 2022.

Con la creciente crisis del petróleo y el aumento de los precios de los alimentos en Sri Lanka, se estaba volviendo difícil mantener a mi familia, a pesar de que tenía un trabajo seguro. Cuando supe de una oportunidad laboral en Qatar, tuve la esperanza de poder hacer más por mi familia trabajando en el extranjero y ganando un mejor salario.

La agencia de contratación local de Sri Lanka me dijo que tenía que pagar 400.000 rupias de Sri Lanka (1.220 dólares estadounidenses) para registrar mi solicitud de empleo. Vendí mi tuk-tuk de tres ruedas para conseguir el dinero, aunque era mi único medio de transporte y forma de ganarme la vida. Sentí que era un sacrificio que debía hacer si quería mantenerme a mí y a mi familia.

A principios de 2023 dejé Sri Lanka con la esperanza de un futuro mejor. Pero cuando llegué a Qatar y vi mi alojamiento, toda esperanza que tenía se hizo añicos. Muy al contrario, una sensación de inquietud se apoderó de mí. Sabía que algo no iba bien. He trabajado en el extranjero antes, pero esto era diferente.

Pronto pasó un mes, y mientras esperaba mi salario la empresa nos dijo que se quedarían con nuestra primera mensualidad y que recibiríamos nuestro salario a partir del segundo mes. Estábamos agotados por el trabajo y sólo nos daban una pequeña asignación semanal para comida y otras necesidades básicas.

“No pude enviar dinero a casa. Sin otra fuente de ingresos, mi madre y mi esposa tuvieron que pedir préstamos a los vecinos y empeñar joyas para tener dinero suficiente para sobrevivir”

Mohamed

Mohamed es un trabajador migrante y nos cuenta su historia en Qatar

Mohamed ha compartido ahora su historia y ha dejado al descubierto la explotación a la que se enfrentó como trabajador migrante en Qatar, el año después de que el país albergara la Copa Mundial de la FIFA 2022. © Private

Esto no era lo que me habían prometido en Sri Lanka. Estaba frustrado, pero tenía que seguir trabajando. Necesitaba el trabajo para mantener a mi familia y pensé que al menos cuando llegara mi salario les proporcionaría alivio. Así que no me quejé y en lugar de eso soporté el estrés que conllevaba la situación.

Transcurrió otro mes, el segundo, y cuando volvimos a pedir nuestros salarios, nos dijeron que recibiríamos nuestro dinero el mes siguiente. Seguía sin poder enviar dinero a casa y, al no tener otra fuente de ingresos, mi madre y mi esposa tuvieron que pedir dinero prestado a los vecinos y empeñar joyas para tener dinero suficiente para sobrevivir. Se sentían impotentes y sin tener a quién recurrir. Apenas pudieron arreglárselas.

No hay justicia en lo que respecta a nuestra situación

Mohamed

Después de tres meses sin paga, estaba desesperado y frustrado. Junto con algunos de mis compañeros de trabajo, presentamos una denuncia laboral contra la empresa por retenernos el salario. Algunos de mis colegas llevaban meses sin cobrar.

Normalmente, cuando se presenta una denuncia, se notifica a la empresa. Durante este tiempo, dejamos de trabajar con la esperanza de obtener un resultado positivo sobre nuestro caso. A cambio, la empresa dejó de darnos nuestra asignación alimentaria básica y nos echó del alojamiento, al tiempo que se negaba a pagar nuestros salarios.

Pasaron las semanas y a veces disponíamos de una comida al día, a veces ninguna. Estaba desesperado y busqué cualquier ayuda que pudiera conseguir. Me encontré con la campaña de Amnistía Internacional sobre la FIFA y el trato que Qatar da a los trabajadores migrantes, y me puse en contacto con la organización. Amnistía Internacional nos recomendó al Comité Nacional de Derechos Humanos de Qatar, que nos ayudó con alojamiento, mientras que un activista local nos ayudó con la comida.

Obras de construcción en Qatar. Muchos trabajadores migrantes son explotados laboralmente en Qatar

Obreros de la construcción trabajan en las obras del estadio Ras Abu Abud, 15 de noviembre de 2018. © Sharil Babu/dpa

En un momento dado, mis colegas y yo recorrimos a pie todo el camino a los tribunales laborales, ya que no teníamos dinero. No había aceras, así que caminamos por la carretera bajo el sol abrasador. Y todo ello para que al llegar nos dijeran que no habían recibido nuestro caso.

Mantuvimos la esperanza de recibir noticias de los tribunales con una decisión justa por todo el tiempo y el dinero que habíamos perdido. Nos llamaron nuevamente al tribunal laboral y un funcionario nos informó que se aseguraría de que recibiéramos nuestros salarios pendientes y nuestro documento de identidad de Qatar y que así pudiéramos cambiar de empresa y seguir trabajando para mantener a nuestras familias. Me había gastado ya tanto dinero, y endeudado para venir a Qatar, que no podía permitirme el lujo de volver a casa tan pronto. Preguntamos repetidas veces, pero el funcionario nunca cumplió su promesa.

Al final, ocho meses después de mi llegada a Doha, la empresa me pagó sólo dos meses de salario. No nos quisieron dar nuestro documento de identidad, así que no nos quedó otra opción que aceptar un billete de avión de vuelta a Sri Lanka.

El gobierno de Qatar no hace cumplir las leyes para proteger adecuadamente a personas como nosotros. Las empresas saben que la mayoría de los trabajadores migrantes prefieren volver a casa y perderlo todo antes que quedarse sin alojamiento ni comida. Si no fuera por el apoyo de organizaciones de derechos humanos, como Amnistía, no habríamos podido sobrevivir tanto tiempo.

Quiero poder contar mi historia, para que otros no corran la misma suerte. Lamentablemente, no soy el único que la ha sufrido. Los trabajadores migrantes en Qatar no deberían ser víctimas de explotación ni abuso, ​​como lo fui yo.

Mohamed

No siempre se respetan los derechos de los trabajadores migrantres en Qatar

Varios trabajadores pavimentan un camino poco después del atardecer. © picture alliance/dpa | Christian Charisius

Ahora que estoy en casa, me ha tocado trabajar de jornalero, haciendo pequeños trabajos en mi pueblo, hasta que encuentre un trabajo más estable. En una buena jornada de trabajo gano alrededor de 1.500 rupias (4,60 dólares estadounidenses) al día. Regresé a casa en una situación aún peor que la que tenía antes de partir hacia Qatar. Siento que estaría mejor si nunca me hubiera ido. Perdí más de lo que gané al aceptar el trabajo en Qatar.

Quiero poder contar mi historia, para que otros no corran la misma suerte. Lamentablemente, no soy el único que la ha sufrido. Los trabajadores migrantes en Qatar no deberían ser víctimas de explotación ni abuso, ​​como lo fui yo.

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