Liva tardó algún tiempo en darse cuenta de lo que le había pasado aquella noche. Se había convencido de que no lo recordaba y le había dicho a sus amigos que había perdido el conocimiento porque se sentía avergonzada y no quería recordar.
“En algún momento pasó gente. Recuerdo que tomé conciencia de la situación y dije ‘No, no, esto no puede ser. Para, para, para’. Me tapó la boca con la mano y siguió”
“Creo que la legislación tiene mucho que ver, por ejemplo, con el hecho de que no me diese cuenta de que era una violación. Porque es una situación de tanta vulnerabilidad y en la que sientes tanta vergüenza... y si la ley te dice que si no hay violencia no es una violación… Tal vez no habría sucedido si la ley hubiera sido distinta”.
“Sabía que iban a preguntarme si nos habíamos besado —y sí, nos habíamos besado—. Y lo conocía, y no hubo violencia física”.
“Tras la publicación, muchas mujeres y niñas se pusieron en contacto con el periódico porque habían tenido la misma experiencia y nunca hasta entonces habían oído historias como esta de otras personas”.
La violación en Dinamarca
informe sobre Dinamarca