Poco después de que Halima* llegase a un campo para personas desplazadas del noreste de Nigeria, un soldado se le acercó y le ofreció pollo y ñame. Halima lo reconoció como uno de los hombres que había golpeado y detenido a su esposo, pero llevaba días sin comer apenas nada y, desesperada, aceptó la comida. Cuando el soldado regresó solicitando sexo a cambio de la comida, Halima no se atrevió a decir que no por miedo.
“Los soldados hacen lo que les da la gana. Todo el mundo les tiene miedo”, Ellos son los que deciden. Dicen que nadie debería quejarse. Así que hice lo que me pidió”.Nos han traicionado
Cientos de personas murieron de hambre en el campo del hospital de Bama entre 2015 y 2016. © Gbemiga Olamikan
Llegué junto con otras 130 mujeres y niños y niñas [a principios de 2016]. El hambre y la sed [mataron] a 58 personas de nuestro grupo durante los primeros cuatro meses”
“Un militar se acerca con comida en las manos y te dice: ‘si te gusto, coge la comida’. Si aceptas la comida, luego vuelve para mantener relaciones sexuales contigo. Si te niegas, te viola [empleando la fuerza física]
datos que prueban que miles de personas han muerto de inanición en estos campos,
“miles de personas han muerto de inanición en estos campos (...). Casi la mitad de las mujeres con las que hablamos en un campo dijeron que uno o más de sus hijos o hijas habían muerto.”
Lauren Aarons, Amnistía Internacional
Una mujer con su hijo en el campo del hospital de Bama. Cientos de personas murieron de hambre en este lugar entre 2015 y 2016. © Gbemiga Olamikan
“La violación y la violencia sexual son sólo una de las numerosas injusticias que las mujeres sufren a manos del ejército. Las mujeres han descrito que el ejército incendió sus pueblos y las obligó a abandonarlos, detuvo a sus esposos e hijos, y las mata de hambre y las golpea en los campos.”Lauren Aarons, Amnistía Internacional
Nos preguntaron dónde estaban nuestros esposos, y luego nos azotaron con palos. Golpearon a mis hijos e hijas, y dijeron que eran de Boko Haram... En ese momento yo estaba embarazada”,
Esto nos ha sucedido. Ya no se puede deshacer. Pero el gobierno debe reconocerlo. Debe saber que hemos sufrido y que hemos muerto. Tiene que asegurarse de que no vuelva a pasar”.