El viento soplaba y teñía el paisaje de un tono anaranjado de crepúsculo cuando nos dirigíamos a una reunión con un grupo de estudiantes universitarios bajo un nimbo de la India, o árbol de Nim, en un barrio pobre de las afueras de Yamena, la capital de Chad.
“Decían que el dinero ahorrado [con la cancelación de las becas] iban a reinvertirlo en la mejora de nuestras condiciones de estudio a través del centro de asistencia al estudiante universitario […]. No se hizo nada. Nuestras condiciones de estudio son pésimas. ¿Han visitado la universidad de Toukra? No tenemos electricidad desde hace más de un año, y el agua es escasa en el campus […]. Cuando protestamos contra la decisión nos dieron palizas, nos detuvieron y algunos fuimos a prisión”.“Estas decisiones son injustas y contradicen la afirmación de las autoridades de que la educación es una prioridad clave […]. No nos consultaron.”
Estudiante de Chad
“Debo seis meses de alquiler y no sé a dónde acudir para que me ayuden”
“Antes, pagaba el alquiler y otros gastos con la beca, aunque llegara tarde. Ahora ya no existe. Las autoridades la han suspendido. Y no sé qué voy a hacer”.
El trabajo escasea en Chad
Cumplir promesas y asumir obligaciones jurídicas
Panafricanvisionsinforme“Está en manos de las autoridades mejorar las perspectivas de todos los jóvenes del país.”Balkissa Ide Siddo, Amnistía Internacional