Hace dos años, todo el horror de la crisis humanitaria desencadenada en las costas europeas se concentró en la imagen de un niño de corta edad con camiseta roja, tumbado boca abajo en una playa del Mediterráneo. Alan Kurdi, procedente de la localidad siria de Kobani, tenía sólo tres años cuando se ahogó, junto con su madre y su hermano mayor, durante la peligrosa travesía entre Turquía y Grecia. Aunque la crisis no era una novedad, por un momento pareció que el clamor de indignación internacional sacudiría a los dirigentes mundiales lo suficiente como para impulsarlos a actuar.
muertes siguen sucediéndose:
Un grupo de personas refugiadas pisan tierra tras una difícil travesía en la que tuvieron que ser rescatadas. © Aris Messinis/AFP Getty Images
"cómo patrocinar a un sirio”.De noviembre de 2015 a finales de enero de 2017, más de 14.000 personas sirias fueron reasentadas en Canadá a través de programas de patrocinio privado.
Mouhamed, Wissam y su bebé en un parque de Toronto. Han sido acogidos en Canadá mediante el patrocinio privado. © Stephanie Foden/AI
Las personas refugiadas ganan la oportunidad de rehacer sus vidas en condiciones de paz y seguridad. Quienes las acogen se enriquecen personalmente, y se construyen amistades duraderas.
”Recibes mucho más de lo que das”,una de las mayores alegrías de mi vida”.
Amir Fattal y Nour Ammarna viven ahora en Canadá, país que se ha ganado la reputación de "amigable con las personas inmigrantes". © Stephanie Foden/AI
El Vaticano ha publicado recientemente un plan de 20 puntos para personas refugiadas,
En lugar de obstaculizar la reacción humana que ha tenido la población en muchos de sus países, los gobiernos deben apoyar a la gente en sus iniciativas para abrir las puertas de sus comunidades a las personas refugiadas.